Bettina Eistel nació sin brazos debido a los daños de la talidomida (un sedante de popular éxito, que en un principio se creía que no causaba casi ningún efecto secundario, pero que provocó miles de nacimientos de bebés afectados de focomelia, anomalía congénita caracterizada por la carencia o excesiva cortedad de las extremidades).
Aunque esto no la detuvo, conduciendo al caballo con sus dientes y los dedos de los pies ganó dos platas y un bronce en Atenas 2004 y plata en quipo y bronce individual en los juegos paralímpicos de Pekín 2008.

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